lunes, 3 de septiembre de 2012


CRÓNICAS DE MOVIMIENTO OBRERO

CAPÍTULO  III


LA GRAN REVOLUCIÓN

FRANCESA  REVOLUCIÓN FRANCESA

La gran revolución francesa  revolución francesa, sacudió al mundo en verdadero cataclismo de orden social y por ende constituye uno de los acontecimientos más trascendentales del movimiento de trasformación de las grandes masas, después de la enconada lucha de las tribus guerreras, de la rebelión de los esclavos y de la lucha contra el feudalismo.

En parís se constituyo el régimen de corporativo. La corporación profesional lucho contra el poderío feudal en un afán de autonomía y a su vez lucho contra los demás cuerpos profesionales, con el propósito de destruir al competidor. El señor feudal, hasta entonces servido en el orden profesional, por un régimen de esclavitud o servidumbre, encontró reñida oposición de la corporación en su fase ascendente de afirmación política y social.

En realidad la corporación vertió en un privilegio que impedía el libre desarrollo capitalista de la producción; de hecho la corporación se trasformó en una organización reaccionaria identificada con el conjunto del sistema feudal. DANDO ORIGEN EN EL AÑO 1779 LA PRIMERA HUELGA CON LOS OBREROS TIPÓGRAFOS.

Todos los historiadores ha consagrado páginas elocuentísimas de los históricos sucesos de la gran revolución francesa, para describir a grandes rasgos tan gloriosa jornada tomo parte de la versión del gran maestro Pedro kropotkine de su obra “la gran revolución, que dice lo siguiente:

 Por mil canales indirectos se habían filtrado los grandes principios de libertad y emancipación hasta los suburbios de la grandes ciudades, desaparecieron al respecto la monarquía y la aristocracia. Las ideas igualitarias penetraban en los medios más obscuros; resplandores de rebeldía iluminaban las inteligencias y la esperanza de un cambio próximo hacia latir con frecuencia los corazones más humildes.

Ante todo, el odio del pobre contra la aristocracia ociosa, holgazana, perversa, que le dominaba,  cuando la miseria negra reinaba en los campos y en los sombríos callejones de las grandes ciudades. Después del odio al clero, el cual pertenecía por sus simpatías mas a la aristocracia que al pueblo. El odio a todas las instituciones del antiguo régimen, que hacían la pobreza mucho más pesada, puesto que negaban al pobre los derechos humanos. El odio al régimen feudal y a sus censos que reducían al labrador a un estado de servidumbre respecto del propietario territorial cuando la servidumbre personal había sido abolida y, por último la desesperación del campesino, cuando en aquellos años de escasez veían la tierra que permanecía sin cultivo en poder del señor, o sirviendo de recreo a los nobles, cuando el hambre reinaba en las villas y en las aldeas.

El pueblo gemía bajo peso de los impuestos extraídos por el Estado, de los censos pagados al señor, de los diezmos percibidos por el clero y de los trabajos personales impuestos por los tres.

Poblaciones enteras estaban reducidas a la mendicidad y recorrían los caminos en número de quinientos mil. En pueblos y aldeas el hambre había pasado al estado crónico; reaparecía a cortos intervalos y diezmaba provincias enteras.

 

Así, comenzó la revolución. El pueblo alcanzaba su primera victoria. Necesitaba una victoria material, como esta, de ese género. Era necesario que la revolución sostuviera una lucha y que de ella salieran triunfantes; que el pueblo probara su fuerza para imponerse a sus enemigos, que despertara las energías en Francia e impulsara en todas partes a la rebeldía.

¡Esta gloriosa jornada que es asombro de la historia, consagrada a parís y lo inmortaliza como la cuna donde nació la libertad para todo el universo!

El pueblo de parís quiere realizar la emancipación de los trabajadores.

 Dentro de estas crónicas encontramos significado de algunas palabras que en el diccionario tradicional nos da diferente significado, PROLETARIADO: Por proletariado se entiende al hombre que no dispone de  de más medios de vida que la venta de su fuerza de trabajo, originalmente en su forma latina “PROLETARIUS” no significa enteramente lo mismo. En la roma antigua, proletario era el que no tenia mas fortuna que su descendencia, sus vástagos, la prole.

El proletariado elimina una multitud de elementos de desunión, tales como los perjuicios de oficios, el fanatismo religioso, los sentimientos nacionalistas y otros por el estilo, y esto le permite organizase más libremente dentro del gran ejercito de los que lucha por una mañana mejor.

La existencia de una clase oprimida es esencial en esta sociedad basada en antagonismos de clase. Emancipar a la clase oprimida equivale por consiguiente, a crear una sociedad. Más para que la clase oprimida pueda emanciparse, es menester que las fuerzas de la producción y las relaciones sociales vigentes dejen de ser incompatibles entre sí. La condición esencial de la emancipación de la clase obrera consiste precisamente en la desaparición de todas las clases  sociales.

Agrupados los obreros en las mutualidades, se habituaron a discutir solución de sus intereses comunes, llegando por lógica a concentrándose para luchar unidos cuando sus condiciones de vida se hacían duras. Después del vapor surgió el auge de la energía eléctrica y en 1837 MORSE sorprendió al mundo con el telégrafo. El triunfo del maquinismo originó la decadencia del artesano y la burguesía industrial y comercial se hizo más vigorosa y la obra de esta revolución económica provoco la escisión entre la burguesía y el proletariado, pues la maquina había transformado. Los artesanos convertidos  en masa proletaria con una concepción cada vez más definida, acosada por los bajos salarios, por el hambre y la miseria, se fueron a la acción y vinieron las protestas, las huelgas y la destrucción de las maquinarias, en reacción de la voracidad de la burguesía.

El cooperativismo, el proletariado lo ensaya con la esperanza de encontrar el sistema de lucha más adecuado para lograr las metas de sus aspiraciones, por desgracia, las consecuencias son idénticas al resultado del mutualismo. En el lapso comprendido de 1848 a 1851 el proletariado toma conciencia de que su emancipación, solamente la podrá conseguir con su propio esfuerzo y se entabla la lucha que arroja como resultado una serie de huelgas continuadas en las diversas ramas de la industria que marcha en auge. La represión de la burguesía y del estado, coludidos en la defensa de los intereses creados, abre procesos en contra de los primeros luchadores obreros, en el lapsos mencionado, se principia con 65 procesos en 1848 y en 1851 llega el número a 160 con 1,182 trabajadores acusados y encarcelados.

En octubre de 1879 tuvo verificativo el congreso de MARCELLA, en esta reunión el panorama de la cuestión social del momento, se afinaron las metas y se discutió la táctica o sistema de lucha a seguir; como resultado el cooperativismo fue repudiado como inerme, tras un debate apasionado SURGIO EL SINDICATO como organismo de clase para defensa de los derechos de la clase trabajadora.

 El movimiento obrero comienza a perfilarse, en el horizonte hasta ayer obscuro, aparece la aurora de un nuevo día lleno de esperanzas para el bienestar del proletariado. En Alemania los Sindicatos Libres, en Inglaterra las Trfade – Unios, en Francia la Federación Obrera organizada por Delbrouck, Jeanne Derouin y Pauline Roland. En los Estados Unidos de Norte América la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo y en España las Asociaciones de resistencia de Tejedores a mano de Sabadell, Igualada, Tarrasa, Reus y Valls, de Cerrajeros, Mecánicos, Ebanistas y Textiles de Barcelona. 

La estrategia de los Sociólogos y la astucia del Proletariado se amalgamaron para dar cima a un anhelo, ¡LA UNIDAD PROLETARIA! Al ímpetu arrollador del movimiento obrero, con su espíritu de lucha y sin importarle el medio turbio, con que la burguesía intentaba deformar la consistencia de sus ideales y la fuerza de la organización, se fundieron en un solo haz de voluntades para dar cima a la CONFERENCIA preliminar que se celebró en Londres, el 5 de Agosto de 1862, donde se congregaron Delegados de varios países; esta Conferencia culminó con el Banquete, al que históricamente se le conoce como “EL BANQUETE DE LA CONFRATERNIDAD INTERNACIONAL” Brillantemente aprovechando este motivo, los delegados expusieron en forma por demás elocuente, la imperiosa necesidad de lograr LA UNIDAD PROLETARIA A BASE DE UNA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES, para cuyo efecto se aprobó celebrar EL PRIMER MITIN UNIDAD PROLETARIA, durante la primavera en Londres.


Con esto comienzo a relatar sobre la Histórica: LA PRIMERA INTERNACIONAL.

El 28 de septiembre de 1864 en Saint Martin´s Hall, con delirante entusiasmo de la multitud proletaria ahí congregada, se declaró constituida: “LA ASOCIACION INTERNACIONAL DE LOS TRABAJAODRES”.

 
 
 
 
 
 
 
 

PREAMBULO DE LOS ESTATUTOS DE

 
 
 
 
LA ASOCIACION INTERNACIONAL

DE LOS TRABAJADORES.

 

Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos;

Que los esfuerzos de los trabajadores para conquistar su emancipación no han de entender a constituir privilegios nuevos, si no a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes.

Que por lo mismo la emancipación económica de los trabajadores es el gran objeto a que debe subordinarse todo movimiento político;

Que los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país, y de unión fraternal entre los trabajadores de las diversas regiones.

Que la emancipación de los trabajadores no es un problema únicamente local o nacional, sino que, al contrario, este problema interesa a todas las naciones civilizadas, estando necesariamente subordinada su solución al curso teórico y práctico de las mismas.

Que el movimiento que se está efectuando entre los obreros de los países más industriales del mundo entero, al engendrar nuevas esperanzas, da un solemne aviso para no incurrir en antiguos errores, y aconsejar cambiar todos los esfuerzos hasta ahora aislados.


Geronimo Noel González Álvarez.



















domingo, 2 de septiembre de 2012

CRONICAS DE MOVIMIENTO OBRERO




CRÓNICAS DE MOVIMIENTO OBRERO
CAPÍTULO  1
UNA REFLEXION SINDICAL,
La eficiencia de un líder sindical moderno debe de ser medida por sus resultados, cuantificados éstos en aspectos económicos, sociales y humanos, aunque tan importantes como su capacidad para fomentar y auspiciar la estabilidad en el empleo de sus compañeros representados. Por ello  no debe ser casualidad que toda organización sindical, que tenga bajo su mando, se desarrolle y crezca paralelamente al crecimiento y evolución de la empresa con la que mantenga relaciones contractuales o laborales.

En este marco específico, el sindicalismo mexicano fue inicialmente una lucha empecinada por obtener libertades básicas encaminadas a la búsqueda, no sólo de justicia social sino de mejores condiciones de vida y de trabajo para los productores de la riqueza, recurriendo para lograr tales objetivos, a los sólidos y abundantes conceptos expresados en las ideas sociales surgidas en Europa, a mediados y finales del siglo  XIX, lo que trajo como consecuencia que los hombres y mujeres de trabajo evaluaran con mayor certidumbre sus propios derechos sociales, económicos y políticos; desde el derecho a la organización colectiva, al bienestar familiar, a la seguridad económica básica, a la salud, a la educación, etc., hasta al derecho a participar equitativamente de los beneficios obtenidos por su desempeño laboral. En pocas palabras, vivir la vida de manera más digna y con el estándar que su esfuerzo productivo merezca. Sin embargo, en los tiempos actuales, a diferencia de ese sindicalismo de antaño, el sindicalismo actual queda formalmente comprometido a abrir paso a una relación de trabajo más civilizada para maximizar sus propios objetivos, en los que se verán reflejados avances alentadores, en los cuales también predomine para sus militantes la ausencia de desigualdades e injusticias económicas y sociales.
                Desde luego, esta metamorfosis sindical en México, aún dista mucho de ser comprometida y, mucho menos estar terminada, sin hablar de rezagos o del sindicalismo colgado en el tiempo, que no resuelve ni siquiera el problema de su propia subsistencia. Por consiguiente, hoy más que nunca, el argumento con que apoyo esto es que la organización colectiva de trabajadores que no se adapte a la evolución de su empresa o que no esté ligada a su progreso, estará irremediablemente abocada a no cumplir con la misión que la historia sindical le tiene encomendada.
                En cualquier caso, el dirigente moderno de un sindicato de trabajadores debe estar consciente de que en los tiempos actuales toda organización sindical que se aferre a métodos de trabajo pasados de moda perderá eventualmente su propia base de sustentación, al no hallar su membrecía en la propia organización de defensa colectiva, las respuestas adecuadas a sus necesidades de progreso y su propio bienestar familiar.
                Del mismo modo, el dirigente sindical de hoy debe sentirse obligado a mantener en alto sus convicciones sindicalistas y, por ende, el común denominador que lo impulse será optar por un camino más prudente en la realización de sus tareas colectivas y por otro lado, ante los retos que habrá de enfrentar en el presente o en el futuro, pugnará por trabajar más a fondo con aquellas habilidades humanas que desarrollen mejor cooperación entre el grupo de trabajadores y la empresa correspondiente.